En libertad.
Si he sacado el tema de la libertad en el comentario anterior es por algo.
¿Os pensais que nuestra asociación es libre?.
Pues no del todo libre. Lo intenta ser, pero hay serias limitaciones que coartan nuestra libertad.
Me explico.
Para empezar, si no hay independencia económica no hay libertad. Dime de donde vienen tus dineros y te diré a quien te debes.
No es que nos apasione tocar procesiones de 10 horas: es que necesitamos el dinero. La libertad hay que ganarla con trabajo, por que cuantos más clientes tengamos, menos dependeremos de cada uno de ellos, más recursos tendremos, más podremos seleccionar que queremos hacer y que no.
Y la libertad hay que ganarla con sacrificios no sólo de la banda. Los socios tambien aportamos nuestra cuota como muestra de solidaridad con el proyecto. Menos mal que las cuotas van subiendo poco a poco, pero lo que se paga no sirve para demasiado, pero algo ayuda.
Nuestra libertad está muy, pero que muy limitada, ya que a pesar de todo, no dependemos de nuestros clientes para sobrevivir.
Y la libertad hay que ganarla con sacrificios no sólo de la banda. Los socios tambien aportamos nuestra cuota como muestra de solidaridad con el proyecto. Menos mal que las cuotas van subiendo poco a poco, pero lo que se paga no sirve para demasiado, pero algo ayuda.
Nuestra libertad está muy, pero que muy limitada, ya que a pesar de todo, no dependemos de nuestros clientes para sobrevivir.
Pesa sobre nuestra cabeza el crédito que hemos pedido, pesará 15 años después de haber acabado las obras (ese crédito tiene tanta historia por delante como la que tenemos por detrás), pesa sobre los avalistas que dan la cara por nosotros... y pesa el Ayuntamiento, de manera inevitable, pero ahí está.
Tenemos un canon mensual que se paga por la parcela y tenemos la letra de la hipoteca.
Da un poco de miedo pensarlo, pero es una pasta.
En los próximos años creo que deberiamos trabajar para lograr esa independencia económica. Nos va mucho en ello a medio plazo. En unos años pueden cambiar las cosas de manera sustancial (nosotros y nuestro entorno) y cuanto antes resolvamos este tema, mejor.
Pero hay amenazas en otros aspectos, no solo en lo económico. Lo precario de nuestras instalaciones ha hecho que dependamos de otros, del ayuntamiento, para hacer conciertos, audiciones y ensayos con la banda al completo. Lo vimos bien a las claras cuando se han preparado los dos certámenes. La nueva sede creará mayor dependencia económica, pero nos liberará de ataduras de espacio. Pero seguimos necesitando espacios para interpretar. Es inevitable.
Ahí hay que dar la batalla. No puede ser que cada concierto fuera de verano o primavera sea una odisea de negociaciones. Ni podemos permitir que sean otros los que nos dicten que o cuando podemos hacer un concierto. Ni hablar.
Eso son nuestros fines fundacionales y ahí no cederemos nunca.
Lo absurdo es de donde vienen las presiones. No de los políticos, nunca lo han hecho en esta legislatura, si no de señores que cobran de nuestros impuestos y que se dedican a administrar lo que es de todos para que no se les perjudique. Lo que administran es patrimonio de todos. Es un uso impropio de su poder, que demuestra lo poco que confían en lo que hacen y el miedo que nos tienen.
En los próximos años creo que deberiamos trabajar para lograr esa independencia económica. Nos va mucho en ello a medio plazo. En unos años pueden cambiar las cosas de manera sustancial (nosotros y nuestro entorno) y cuanto antes resolvamos este tema, mejor.
Pero hay amenazas en otros aspectos, no solo en lo económico. Lo precario de nuestras instalaciones ha hecho que dependamos de otros, del ayuntamiento, para hacer conciertos, audiciones y ensayos con la banda al completo. Lo vimos bien a las claras cuando se han preparado los dos certámenes. La nueva sede creará mayor dependencia económica, pero nos liberará de ataduras de espacio. Pero seguimos necesitando espacios para interpretar. Es inevitable.
Ahí hay que dar la batalla. No puede ser que cada concierto fuera de verano o primavera sea una odisea de negociaciones. Ni podemos permitir que sean otros los que nos dicten que o cuando podemos hacer un concierto. Ni hablar.
Eso son nuestros fines fundacionales y ahí no cederemos nunca.
Lo absurdo es de donde vienen las presiones. No de los políticos, nunca lo han hecho en esta legislatura, si no de señores que cobran de nuestros impuestos y que se dedican a administrar lo que es de todos para que no se les perjudique. Lo que administran es patrimonio de todos. Es un uso impropio de su poder, que demuestra lo poco que confían en lo que hacen y el miedo que nos tienen.
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